Hoy vamos a explicar que es La Mochila Austriaca y como se podría implantar en España. Se llama así a un sistema de aseguramiento (o indemnización) del despido con el que las empresas aportan obligatoriamente cada mes una cierta cantidad a cuentas de ahorro individuales de cada uno de sus trabajadores, que estos pueden rescatar cuando se produce su cese. La denominación de “mochila” obedece a que el importe de cada cuenta no se pierde si el trabajador se cambia de empresa de manera voluntaria, sino que le acompaña durante toda su vida laboral, aumentando la cuantía de su pensión cuando se jubile. Y se apellida “austriaca” porque fue en este país donde se implementó en 2003, tras un proceso de negociación y acuerdo entre los interlocutores sociales. El empresario va llenando su mochila con el porcentaje del salario bruto del empleado y ese dinero no se acumula, sino que es gestionado por una caja, la que lo invierte para sacar rendimiento. Además, ese dinero pertenece únicamente al trabajador y el Estado le garantiza el 100% del capital, tanto si es despedido como si opta por otro empleo o si decide emprender. Asimismo, si lo desea, el trabajador puede saber en todo momento a cuánto asciende su fondo. Hay quien lo compara con lo que podría ser un pequeño plan de pensiones, y es que si el trabajador se jubila puede complementar a la pensión.
Podríamos enumerar tres los objetivos principales de esta modalidad:
1.-Reducir los costes de despido
2.-Movilidad en las empresas al no tener que abonar esos costes tan importantes y al mismo tiempo el trabajador, que no pierde ese fondo, no tendrá tanto reparo en cambiar de empresa puesto que estos no pierden los derechos indemnizatorios acumulados durante una relación laboral.
3.-Un aumento en el sistema de pensiones, al recibir una cantidad en la fecha que disponga puede convertirlo en una ayuda a la jubilación.
También nos podemos encontrar con tres efectos que nos son beneficiosos:
1.- Aumenta los costes salariales por la aportación que las empresas hacen a este fondo. Si a esto le añadimos la cotización a la SS, impuestos etc. La carga contributiva de las empresas aumenta mucho.
2.-Facilitar el despido al no tener que abonar un coste importante. Eliminando la posibilidad de poder tomar otras alternativas como una mayor flexibilidad interna.
3.- Ese aumento de costes afecta a todas las empresas tanto si tienen previsto despedir como si no, al final repercute en todas. Será una situación injusta para aquellas empresas que no tomen la decisión de despido.
El principal contraste con Austria, es la diferencia que existe entre las indemnizaciones, siendo en España mucho más altas que en Austria, lo que se buscaba era extender a todos los trabajadores la garantía de una indemnización, porque hasta 2003 no estaban incluidos quienes tenían menos de tres años de antigüedad. En España esto no es necesario, porque todos los asalariados poseen derecho a indemnización por despido (excepto durante el período de prueba). En este sentido, el ordenamiento jurídico-laboral español regula las indemnizaciones por la extinción del contrato de trabajo en función del salario y antigüedad de los empleados. Es decir, cuanto mayor sea el salario y la antigüedad del trabajador, mayor será su indemnización en caso de resolución contractual o despido, fijando eso sí unos límites máximos.
Si seguimos el modelo austriaco, las indemnizaciones por extinción de la relación laboral tendrán que ser inferiores a lo que actualmente existe y ese extra en la cotización tendrá que bajarse de otras cotizaciones que haga la empresa, si al final a las empresas les cargas con cotizaciones extras puede ir contra de la contratación.